Tina Modotti no está sola frente a sus inquisidores. La acompañan, de un brazo y del otro, sus camaradas Diego Rivera y Frida Kahlo: el inmenso buda pintor y su pequeña Frida, pintora también, la mejor amiga de Tina, que parece una misteriosa princesa de Oriente pero dice más palabrotas y bebe más tequila que un mariachi de Jalisco.
Frida ríe a carcajadas y pinta espléndidas telas al óleo desde el día en que fue condenada al dolor incesante.
El primer dolor ocurrió allá lejos, en la infancia, cuando sus padres la disfrazaron de ángel y ella quiso volar con alas de paja; pero el dolor de nunca acabar llegó por un accidente en la calle, cuando un fierro de tranvía se le clavó en el cuerpo de lado a lado, como una lanza, y le trituró los huesos. Desde entonces ella es un dolor que sobrevive. La han operado, en vano, muchas veces; y en la cama del hospital empezó a pintar sus autorretratos, que son desesperados homenajes a la vida que le queda.
Tina Modotti y Frida Khalo 1928
De la serie: MEMORIA DEL FUEGO -Los Nacimientos Eduardo Galeano MUJERES
Escuchar relato en audio:
Próximamente se agregarán más relatos fotografías y fotógráfos sobre Frida Khalo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGran artista y un personaje particular. Me gustó mucho la película sobre su vida, no se escucha muy seguido una historia tan llena de dolor.
ResponderEliminarSaludos...
Gracias Andy, saludos...
ResponderEliminar