domingo, 30 de septiembre de 2012

El libro perdido




El Libro Perdido es un programa del canal Encuentro,canal de la Televisión Pública en Argentina.
En él,el actor Luis Ziembrowski, retrata las aventuras de un personaje que busca un libro, nunca se sabe bien cuál es, y en esa búsqueda otros libros se cruzan en su camino.
El protagonista recorre con febril perseverancia una ciudad poética y alucinada, en la que los libros buscan sus lectores y éstos buscan desentrañar el secreto cifrado en un texto que quizás no exista.

Coproducido por la Biblioteca Nacional, Canal Encuentro y la Televisión Pública.

Luis Ziembrowski,


Alambres de Néstor Perlongher

En este capítulo el protagonista se cruza casualmente con María Moreno con quien comparte sus desvelos y perplejidades.




Martín Fierro de José Hernández


En este capítulo el protagonista se cruza con Leónidas Lamborghini con quien comparte sus desvelos y perplejidades.







La brisa profunda de Juan L. Ortiz


En este capítulo el protagonista se cruza casualmente con Liliana Herrero con quien
comparte sus desvelos y perplejidades.






Fuente: Biblioteca Nacional  Canal Encuentro: bn.gov.ar


Pronto más de El libro perdido...


sábado, 15 de septiembre de 2012

Dedicatorias y autógrafos



Dedicatorias

No es nada original, nuevo ni exepcional esta entrada referida a las dedicatorias que los escritores  han hecho en sus propios libros y que luego obsequiaron a amigos,familiares, amantes,o a pedido de los lectores...Si uno rastrea este tema pronto hallará bastante material en diversos sitios.Lo cierto es que cuando decidí crear este blog lo hice pensando que mucho de lo que publicaba en relación a mi afición a los libros, la lectura, las bibliotecas bien podía volcarlo en este formato para luego compartirlo con mis contactos y amigos del Facebook.
Pues que aquí va esta primera entrega para la cual me he servido como en bandeja de lo que voy recolectando en esta red.

Me ha causado gracia  lo que he leído de José Luis Ibáñez Ridao, periodista, escritor y guionista quien se define en su blog libroyautor.blogspot.com.ar como presentador del espacio: "El día del lector" en Onda Cero al confesarse como un mitómano en relación a los libros diciendo: 

-"soy un mitómano. Y con los libros, más. Los conservo impecables, sin una página doblada; tengo miles, pero puedo localizar cualquier volumen sin necesidad de consultar fichas. Y, lo más importante para un mitómano, guardo un montón de novelas dedicadas por muchos de los escritores con los que he coincidido. Ventajas de mi profesión."-

Todo lo contrario de mí, que justamente no están para nada impecables, suelo doblarles a los libros las esquinas de sus páginas, subrayar párrafos, frases, palabras;quedan muchas veces manchados del líquido en el caso que lea y beba a la vez ya sea té,mate,café o si es sobre la noche y en fin de semana una copa de Malbec...no tengo miles de libros,tampoco los he contado, no llevo ningún orden en la biblioteca ni fichas y sin embargo puedo igualmente encontrar sin mucho trabajo la obra que desee y,como no soy ni escritor,ni periodista no conozco personalmente a muchísimos escritores que en verdad me agradaría estrechar su mano y que me escribieran una dedicatoria  aunque las veces que he tenido la oportunidad de que lo hagan en alguna presentación o feria  me ha dado cierto pudor y me he vuelto a mi casa sin el autógrafo deseado.

Dentro de las dedicatorias  están las que el autor hace públicas en el libro para agradecer a las personas que han colaborado en su obra, como un gesto de cariño hacia quien desea expresar una frase o palabra de afecto, un reconocimiento, o las que dirige al público lector.Luego está la dedicatoria que el escritor hace de puño y letra con su firma en el libro generalmente en las primeras páginasy que llamamos comúnmente "autógrafo".



Jesús Marchamalo,el autor del reciente libro pubicado :"Cortázar y los libros: Un paseo por la biblioteca del autor de Rayuela", cita en un blog cuya entrada también se refiere a las dedicatorias una opinión de la escritora  Lola Beccaria: -" La dedicatoria es, en muchos casos, la única huella del autor, como persona, que hay en el libro. Y aunque es muy tentador construir una frase bonita, me parece un artificio, porque ahí no eres un escritor, sino una persona"-leído en :ver aquí






Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona grande. Tengo una seria excusa: esta persona grande es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona grande puede comprender todo; hasta los libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona grande vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueran suficientes, quiero dedicar este libro al niño que esta persona grande fue en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños antes. (Pero pocas lo recuerdan.) Corrijo, pues, mi dedicatoria:
A León Werth
cuando era niño
(El principito, de Antoine de Saint Exupery)









Primera página de Libertad bajo palabra, con dedicatoria autógrafa de Octavio Paz a Cortázar.

Y luego la sierra árida, el caserío de adobe, la minuciosa realidad de un charco y un pirú estólido, de unos niños idiotas que me apedrean, de un pueblo rencoroso que me señala. Invento el terror, la esperanza, el mediodía -- padre de los delirios solares, de las falacias espejeantes, de las mujeres que castran a sus amantes de una hora.

Invento la quemadura y el aullido, la masturbación en las letrinas, las visiones en el muladar, la prisión, el piojo y el chancro, la pelea por la sopa, la delación, los animales viscosos, los contactos innobles, los interrogatorios nocturnos, el examen de conciencia, el juez, la víctima, el testigo. Tú eres esos tres. ¿A quién apelar ahora y con qué argucias destruir al que te acusa? Inútiles los memoriales, los ayes y los alegatos. Inútil tocar a puertas condenadas. No hay puertas, hay espejos.

Inútil cerrar los ojos o volver entre los hombres: esta lucidez ya no me abandona. Romperé los espejos, haré trizas mi imagen, que cada mañana rehace piadosamente mi cómplice, mi delator. La soledad de la conciencia y la conciencia de la soledad, el día a pan y agua, la noche sin agua. Sequía, campo arrasado por un sol sin párpados, ojo atroz, oh conciencia, presente puro donde pasado y porvenir arden sin fulgor ni esperanza. Todo desemboca en esta eternidad que no desemboca.
Allá, donde los caminos se borran, donde acaba el silencio, invento la desesperación, la mente que me concibe, la mano que me dibuja, el ojo que me descubre. Invento al amigo que me inventa, mi semejante; y a la mujer, mi contrario: torre que corono de banderas, muralla que escalan mis espumas, ciudad devastada que renace lentamente bajo la dominación de mis ojos.
Contra el silencio y el bullicio invento la Palabra, libertad que se inventa y me inventa cada día.

Octavio Paz,Libertad bajo palabra






Agua y Viento
Agua extendida centelleas
bajo un relámpago lascivo
mi pensamiento azul y negro
Caminas por el bosque de mi sangre
árboles con olor a semen
árboles blancos árboles negros
Habitas un rubí
instante incandescente
gota de fuego
engastada en la noche
Cuerpo sin límites
en una alcoba diminuta
El mar te levanta hasta el grito más blanco
la yerda del gemido clava sus uñas en mi nuca
el mar te desgarra y te arranca los ojos
torre de arena que se desmorona
tus quejas estallan y se desvanecen
gallos negros
cantan tu muerte y tu resurrección
Sobre el bosque carbonizado
Pasa el sol con un hacha

(Salamandra, 1958-1961, Octavio Paz)









viernes, 14 de septiembre de 2012

Escribir Marguerite Duras





Escribir. No puedo. Nadie puede. Hay que decirlo: no se puede. Y se escribe. Lo desconocido que uno lleva en sí mismo: escribir, eso es lo que se consigue. Eso o nada. Se puede hablar de un mal del escribir. Hay una locura de escribir que existe en sí misma, una locura de escribir furiosa, pero no se está loco debido a esa locura de escribir. Al contrario. La escritura es lo desconocido. Antes de escribir no sabemos nada de lo que vamos a escribir. Y con total lucidez. Es lo desconocido de sí, de su cabeza, de su cuerpo. Escribir no es ni siquiera una reflexión, es una especie de facultad que se posee junto a su persona, paralelamente a ella, de otra persona que aparece y avanza, invisible, dotada de pensamiento, de cólera, y que a veces, por propio quehacer, está en peligro de perder la vida. Si se supiera algo de lo que se va a escribir, antes de hacerlo, antes de escribir, nunca se escribiría. No valdría la pena. Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiésemos – sólo lo sabemos después- antes, es la cuestión más peligrosa que podemos plantearnos. La escritura: la escritura llega como el viento, está desnuda, es la tinta, es lo escrito, y pasa como nada pasa en la vida, nada, excepto eso, la vida.

Escribir. Marguerite Duras.1993 Tusquets






Una breve interpretación/recreación en video del texto "Escribir" (1993) de Marguerite Duras. Cliquear si no se ven los subtítulos sobre en la barra inferior donde dice activar subtítulos.


Una breve interpretación/recreación del texto "Escribir" (1993) de Marguerite Duras.
Une brève interprétation/récréation du texte "Écrire" (1993), par Marguerite Duras.
A brief interpretation/re-enactment of Marguerite Duras' "Writing" (1993).
Realización: Iván Reina Ortiz











miércoles, 12 de septiembre de 2012

Palimpsesto Parrincesto


Me gusta la poética de esta escritora, Leonor Silvestri, sus poemas de gatos,sus traducciones contemporáneas de los clásicos, su letra mordaz, incisiva y  hasta dirían algunos castos " insolente".
De una profunda formación y sólida formación filosófica y  literaria,trabaja incesantemente en talleres de escritura creativa, traducciones ,cursos sobre  cuestiones de género.
Buscando material para el blog encontré una antología que llamó mi atención por el título "Palimpsestos-Parrincestos".La leí y me ha provocado una atracción interesante.Por ello hoy la traigo para compartir con los probables lectores en una selección del palimpsesto de Leonor Silvestri

Haré una breve introduccíón a modo de entrar en esta temática del palimpsesto.

Si recordamos la palabra "palimsesto" es de origen griego.

Hay un blog muy valioso en aportar datos etimológicos sobre palabras interesantes curiosas: LA LLAVE DEL MUNDO (ver  aquí ) cuyo lema es : palabras: definición, significado, etimología, origen, ejemplos, sinónimos y citas de palabras raras, palabras curiosas, palabras divertidas, palabras hermosas y palabras interesantes para cada día del año"

Allí es posible adentrarnos en el origen y evolución de este vocablo:

Palimpsesto:"Manuscrito antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada artificialmente.
Del latín palimpsestus, y éste del griego παλίμψηστος
Palimpsesto hace referencia a un pergamino o vitela que se raspaba para borrar lo que antes había escrito para utilizarlo de nuevo: una práctica usada con frecuencia en el siglo VII porque era un método menos costoso que preparar un nuevo pergamino (...)
El Palimpsesto de Arquímedes, al que el mismo Ylagares nos remite, fue originalmente un texto de Arquímedes de Siracusa (287a.C.-212a.C. matemático, físico, ingeniero, inventor y astrónomo griego), que posteriormente fue borrado y usado para escribir oraciones y salmos, con lo que el texto antiguo se volvió ilegible.
Esta obra estuvo desaparecida hasta el año 1907, cuando un investigador la encontró y reconoció, y pudo transcribir parte del contenido original de Arquímedes…
En la Primera Guerra Mundial volvió a desaparecer, reapareciendo de nuevo en el año 1998 en una subasta de la galería Christie, un coleccionista lo adquirió y donó al museo Walters de Baltimore… finalmente el “palimpsesto viajero” se restauró y estudió con la ayuda de nuevas técnicas de imagen




Palimpsesto de Arquímedes
Existe además una web dedicada especialmente a informar sobre la ivestigación de este primer manuscrito que se conserva de la antigüedad.La dirección es: archimedespalimpsest.org de cuyo sitio son las imágnes siguientes.



Abigail Quandt, encargada del Departamento de Conservación de Manuscritos 
y Libros Raros del museo Walters manipula una página del palimpsesto 
para su análisis con rayos X

En el video a continuación Abigail Quandt, Conservadora Superior de Manuscritos y Libros Raros en el Museo de Arte Walters, analiza algunas páginas del libro. Podría sorprender a algunas personas que Abigail no se usan guantes. En realidad tiene sentido de conservación. Sus manos limpias no hace daño al pergamino y puede ser más sensible a los folios frágiles si no lleva nada encima.


                       

                        
                             Conservation of the Archimedes Palimpsest desde Walters Museum en Vimeo.



Otra referencia importante es la de la escritora  Ivonne Bordelois que en su libro  ETIMOLOGIA DE LAS PASIONES , Ed.Libros del Zorzal ,un ensayo que propone un recorrido hacia la más antigua profunda memoria verbal de la cultura judeocristiana.La autora  parte de  de las raíces indoeuropeas (aún vivas en la composición de nuestras lenguas) y de otras semíticas, se retrotrae a la experiencia originaria de las pasiones y estudia la evolución de los términos que las designan y sus ramificaciones históricas, hasta llegar al presente. Desde lel vigor de la cólera y el amor, hasta el abanico de las "pasiones oscuras" (celos, codicia, avaricia, tristeza, envidia) y de las "claras" (alegría, felicidad, esperanza), desentraña una historia lingüística de los afectos, que puede sostenerse -así lo plantea la autora- como "verdadera hermenéutica de la cultura"


Volviendo a la escritora Leonor Silvestri quien con otras autoras escribieron para una antología titulada Palimpsesto-Parrincesto, Antología enfermiza.Ed. Ananga Ranga. Chaco Corrientes,2011, Antólogo: Tony Zalazar Diseño y Diagramación: El Click Ilustración de Portada: Las Meninas de Pablo Picasso.Ilustración de Contratapa: La Mona Lisa de Marcel Duchamp.

Y con una recomendación de lo más original:
"Ananga Ranga Taller agradece a los autores que inocentemente se prestaron a este libro y ruega la reproducción parcial o total de la obra en los formatos que estén a su alcance: fotocopias, inseminación artificial,espiritismo, injerto o chisme limpio"
 En el prefacio del libro se refiere el compilador de esta forma:
"Palimpsesto tituló Gérard Genette a su estudio sobre las diversas relaciones que mantienen los textos entre sí. Y nosotros, comprendiendo el carácter dialógico de la literatura y buscones precisamente de ese contacto textual, le encimamos la palabra Parrincesto. Para sumar a esa idea de copresencia efectiva de untexto en otro, que es la intertextualidad, la sensación enfermiza deacoplarse a un padre que se lo mata para convertirlo en hijo al que selo monta con la misma intención sexhomicida, y de paso sentir aflor de piel –in Bloom- la angustia de las influencias. Pero esto enverdad nada tiene que ver con el contenido del libro. Había queponerle un título original y escandaloso para llamar la atención, ypobremente se nos ocurrió este parásito para citar. ¡Viva laheteroglosia y el diálogo con ideas ajenas! ¡Mueran los salvajesplagiarios! Y como dijo Crist-Eva "todo texto es la absorción transformación de otro texto". Así que Amén."





Sonatina/Isabel

Ella dice:
Elegí este poema dedicado a María Julia Alsogaray y su famosa tapa en la revista Gente, porque mi papá me lo leía de chica.


Isabel
La condesa está triste
¿Qué tendrá la condesa?
Los insultos se escapan
de su boca de mierda
que ha perdido la risa
que ha ganado en color (rojo).
Está muda la noble
en su trono de oro,
y en el piso olvidada
se desmaya una aldeana.
La condesa moderna,
es cruel cruellísima
(Cruella de vil

María Julia arrebujada en sus pieles)
La condesa actúa
madrastra con sus súbditos
La condesa bruja
de cuento de hadas
La vieja está en la cueva
¡Qué llueva
Qué llueva!
sangre.
Isabel
The countess is sad
What's wrong with the countess?
The insults escape her
From her mouth of shit
Which has lost its laughter
Which has gained some colour (red)
The noble woman is dumb
In her throne of gold
And on the floor, long forgotten
A country girl faints
The modern countess
Is cruel cruellissima
(Cruella de Vil

PorLeonor Silvestri




Sonatina
La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
Que ha perdido la risa, que ha perdido el color
La princesa está pálida en su silla de oro,
Está mudo el teclado de su clave sonoro;
Y en un vaso olvidada se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
Y, vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
La princesa persigue por el cielo de Oriente
La libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda ó de China,
Ó en el que ha detenido su carroza argentina
Para ver de sus ojos la dulzura de luz?
Ò en el rey de las Islas de las Rosas Fragantes
Ó en el que es soberano de los claros diamantes
Ó en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay! la pobre princesa de la boca de rosa,
Quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
Ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
Saludar a los lirios con los versos de Mayo,
Ó perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata
Ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
Los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
De Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
En la jaula de mármol del palacio real;
El palacio soberbio que vigilan los guardas,
Que custodian cien negros con sus cien alabardas,
Un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara á la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
Más brillante que el alba, más hermoso que Abril!
Calla, calla, princesa, - dice el hada madrina –
En caballo de alas, hacia acá se encamina,
En el cinto la espada y en la mano el azor,
El feliz caballero que te adora sin verte,
Y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
Á encenderte los labios con su beso de amor!

Por Rubén Darío



La antología completa está en Scribd  Palimpsesto-Parrincesto o la pueden leer aquí:

                                                        Palimpsesto Interior en PDF





La biografía en la antología nos dice:

Leonor Silvestri, (1976),biopoliticamente asignada al sexo“mujer” y fugada de esa identidad hacia ningún lugar realmente.
Poeta,traductora, periodista, performer, activista de género anarquista, especialista en Literatura Antigua por la Universidad de Buenos Aires.
Publicados: la compilación y traducción de Irlandesas, 14 poeta scontemporáneas, (de Bajo la Luna. 2011), el ensayo Catulo, Poemas. Una introducción crítica (Santiago Arcos. 2005); el libro de poemas El Don deCreer (Curcuma 2010, Ardiente Claridad Buenos Aires, 2° edición enEdiciones Germinal Costa Rica, Santa Muerte Cartonera México, 2009), y los siguientes poemarios bilingües (español -inglés) auto-traducidos: Después devos (Ardiente Claridad. 2007. Con ilustraciones de Cristina Lacenlotti).
Curso mitología grecolatina (en formato libro- objeto CD-rom. Voy a salir y si me hiere un rayo. 2006, con un subsidio otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires).
Nugae, Teoría de la traducción (Simurg. 2003).
 Forma parte de las siguientes antologías de poesía: El management envilece almundo, (antología de tres poetas, Clase Turista, 2010), Poemas con Famosos Ed. Ananga Ranga, Chaco, Argentina), El libro de los gatos (Bajo la Luna.2009 - con poemas propios y traducciones de Denise Levertov, Elizabeth Bishop y Lawrence Ferlinghetti), Interdicciones (publicación sobreIntersexualidad a cargo de Mauro Cabral, (Ed. Anarrés), Una Antología de la poesía Argentina (Chile- a cargo de Jorge Fondebrider); Memoria del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango, Animal del Monte,Guatemala; Luz y Fuerza (Milena Caserola, 2008), Felicidades También(2006, antología autogestionada del taller de Diana Bellesi de la Casa de laPoesía de Buenos Aires); y de la publicación de la 1ª Feria del LibroIndependiente (FLIA-2006).



Actualmente dicta el Taller de la Palabra 


Cursos de Inglés: 



   


web de Leonor dedicada a traducciones de clásicos en: poeticadelatraduccion.blogspot.com.ar


Fuentes:
archimedespalimpsest.org
365palabras.blogspot.com.ar


martes, 11 de septiembre de 2012

Mujeres en las letras Frida




Tina Modotti no está sola frente a sus inquisidores. La acompañan, de un brazo y del otro, sus camaradas Diego Rivera y Frida Kahlo: el inmenso buda pintor y su pequeña Frida, pintora también, la mejor amiga de Tina, que parece una misteriosa princesa de Oriente pero dice más palabrotas y bebe más tequila que un mariachi de Jalisco.

Frida ríe a carcajadas y pinta espléndidas telas al óleo desde el día en que fue condenada al dolor incesante.

El primer dolor ocurrió allá lejos, en la infancia, cuando sus padres la disfrazaron de ángel y ella quiso volar con alas de paja; pero el dolor de nunca acabar llegó por un accidente en la calle, cuando un fierro de tranvía se le clavó en el cuerpo de lado a lado, como una lanza, y le trituró los huesos. Desde entonces ella es un dolor que sobrevive. La han operado, en vano, muchas veces; y en la cama del hospital empezó a pintar sus autorretratos, que son desesperados homenajes a la vida que le queda.

Tina Modotti y Frida Khalo 1928




















Manuel  Álvarez Bravo



Frida
De la serie: MEMORIA DEL FUEGO -Los Nacimientos Eduardo Galeano MUJERES




Escuchar relato en audio:


Próximamente se agregarán más relatos fotografías y fotógráfos sobre Frida Khalo

Mujeres en las letras Micaela





Micaela (1781 Cuzco)

En esta guerra, que ha hecho crujir la tierra con dolores de parto, Micaela Bastidas no ha tenido descanso ni consuelo. Esta mujer de cuello de pájaro recorría las comarcas haciendo más gente y enviaba al frente nuevas huestes y escasos fusiles, el largavistas que alguien había pedido, hojas de coca y choclos maduros. Galopaban los cabellos, incesantes, llevando y trayendo a través de la serranía sus órdenes, salvoconductos, informes, cartas. Numerosos mensajes envió a Tupac Amaru urgiéndolo a lanzar sus tropas sobre el Cuzco de una buena vez, antes de que los españoles fortalecieran las defensas y se dispersaran, desalentados, los rebeldes. Chepe, escribía, Chepe, mi muy querido: Bastantes advertencias te di…
Tirada de la cola de un caballo, entra Micaela en la Plaza Mayor del Cuzco, que indios llaman Plaza de los Llantos. Ella viene dentro de una bolsa de cuero, de esas que cargan yerba del Paraguay. Los caballeros arrastran también, rumbo al calabozo, a Tupac Amaru y a Hipólito, el hijo de ambos. Otro hijo, Fernando, mira.

MICAELA 
De la serie: MEMORIA DEL FUEGO - Los Nacimientos Mujeres 
Eduardo Galeano


Micaela Bastidas Puyucahua

Hija de Manuel Bastida, descendiente de africanos, y de Josefa Puyucahua, indígena, la joven Micaela era de esbelta belleza y tez bronceada, con el cabello ondulado, por sus raíces tanto africanas como amerindias era conocida por muchos como Micaela la zamba, nombre que se daba en epoca colonial a aquellas personas producto del mestizaje, entre un africano y una indígena (o viceversa). Lo que más resaltan los historiadores e investigadores, sin embargo, no son sus rasgos físicos, sino ese temperamento férreo que marcó su derrotero.

Se casó muy joven en 1760, a los 15 años con José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, uno de los próceres de la historia del Perú, en la iglesia de Nuestra Señora de la Purificación, en el pueblo de Surimana, lugar del curacazgo de su marido.

Madre de tres varones, Hipólito (1761), Mariano (1762) y Fernando (1768), Micaela Bastidas tuvo como primer maestro ideológico al propio José Gabriel, quien había adquirido una sobresaliente formación, tanto en el Cusco como en Lima, en múltiples reuniones, incluso ligadas a grupos masónicos[cita requerida] en las que forjó su acendrado espíritu separatista.

Fue capturada luego del fracaso de la sublevación, Micaela Bastidas fue ejecutada, sus verdugos le cortaron la lengua, le anudaron al cuello una cuerda que tiraron desde lados opuestos y, mientras agonizaba, la patearon en el vientre y en el pecho, en la Plaza de Armas del Cusco, el 18 de mayo de 1781, a los 36 años de edad, habiendo tenido antes que presenciar la ejecución de su hijo Hipólito y a la vista de su esposo.

Ver biografía y obra: Micaela Bastida


Escuchar audio por el Proyecto Radioteca




Juana a los treinta



Después de rezar los maitines y los laudes, pone a bailar un trompo en la harina y estudia los círculos que el trompo dibuja. Investiga el agua y luz, el aire y las cosas. ¿Por qué el huevo se une en el aceite hirviente y se despedaza en el almíbar? En triángulos de alfileres, busca el anillo de Salomón. Con un ojo pegado al telescopio, caza estrellas.

La han amenazado con la Inquisición y le han prohibido abrir los libros, pero sor Juana Inés de la Cruz estudia en las cosas que Dios crió, sirviéndome ellas de letras y de libro toda esta máquina universal. 

Entre el amor divino y el amor humano, entre los quince misterios del rosario que le cuelga del cuello y los enigmas del mundo, se debate sor Juana; y muchas noches pasa en blanco, orando, escribiendo, cuando recomienza en sus adentros la guerra inacabable entre la pasión y la razón. Al cabo de cada batalla, la primera luz del día entra en su celda del convento de las jerónimas y a sor Juana le ayuda recordar lo que dijo Lupercio Leonardo, aquello de que bien se puede filosofar y aderezar la cena. Ella crea poemas en la mesa y en la cocina hojaldres; letras y delicias para regalar, músicas del arpa de David sanando a Saúl y sanando también a David, alegrías del alma y de la boca condenadas por los abogados del dolor.

Sólo el sufrimiento te hará digna de Dios - le dice el confesor, y le ordena quemar lo que escribe, ignorar lo que sabe y no ver lo que mira.


1681. Ciudad de México. Juana a los treinta, en Los nacimientos, Memoria del fuego 1, de Eduardo Galeano.




lunes, 10 de septiembre de 2012

La solución



Indudablemente las cosas tienen el valor que le dan las circunstancias .Y entre esas circusntancias están los contenidos que nosotros volcamos en ellas.Tal vez las cosas son como perchas en las que colgamos nuestras vestiduras interiores,teñidas de deseos, esperanzas,pesimismo, desilusión, ganas de.Y todo esto sí que depende en gran medida de nosotros.
Jorge Osvaldo Sito
("El telegrama")

La solución
             A Eduardo Diego
             Por el extrañísimo vientoque a veces nos conmueve

El problema sobrevino,cuando comenzaron a crecerle los dedos.
Hasta ese momento,había podido manejar el asunto.Con un poco de imaginación,con un cierto tono de audacia ,y con el deliberado intento de imaginación despistar a sus adversarios,había logrado campear el inconveniente.Cuando comenzaron a crecerle los ojos, apeló a los anteojos modernos, esos que ocupan casi todo el contorno del rostro.Bien mirado,hasta resultaba en onda ,una cara cubierta por el armazón oscuro,esfumado,coqueto.

Cuando comenzó a crecerle el cabello,y después de vanas citas al peluquero,se resignó a conformar un rodete apretado,bien apretado,que ocultó en el hueco dejado por la camisa, el traje y la espalda.
Cuando comenzaron a crecerle los dientes,recordó las costumbres de los roedores .De noche ,mientras ponía discos de los rockeros,(que venían de perlas), roía y roía cuanto se le ocurría,para ayudarse en su intento.

El crecimiento del cuerpo,se vio disimulado por la ropa moderna sport,que tanto se usa ahora y que consiste en meterse dentro de tres o cuatro talles más grandes que el que corresponde.De esa forma, pasó inadvertido.
Creía saber manejar la cosa .Es más : día tras día,ideaba nuevas situaciones.Todo le sonaba bastante a juego.Y, ya se sabe,las posibilidades que el juego proporciona a los adultos, es magnífica.(Claro está, también se sabe que, los mismos adultos, todavía no son capaces de admitirlo).

Pero lo que no supo o no pudo , fue el crecimiento de los dedos.Sobre todo,el crecimiento de los dedos de la mano.Los del pie, fueron un simple reto a la imaginación:calzózapatos más grandes,y el asunto no pasó a mayores.Pero, con los de la amno,la cuestiónfue dramática.Porque los dedos no sólo crecían...los dedos crecían y buscaban apretar,tocar,apresar...Algo, lo que fuera.Pero, principalmente,lo que el inconciente anunciaba como prometedor.

Así fue como una tarde ,los dedos crecieron y arribaron, en un viaje brevísimo,hasta las asentaderas redondeadas y agudas , de una adolescente que había enfundado sus grupas en jeans cinco números más estrechos que los correspondientes.

La chica cuando sintió, se dio vuelta.No se había sobresaltado, ciertamente;pero el enoje le iba creciendo.Cuando lo vio,la mirada fue demoledooray rugió en el enojo.:
-¡Viejo inmundo!

Otra vez, los dedos se lanzaron contra el rodete espumosos de una vieja que se hallaba en la misma cola, esperand el micro.Los dedos,se metieron en superficies flojonas,buscaron los broches sostenedores, tantearon el relleno.

Triunfales,lo sacaron,lo levantaron por el aire,lo sostuvieron como armamagnífica y desintegradora.Los ralospelos de la matrona, se agrandaron, se desplomaron sobre los hombros..Los ojos suplicaron, se agrandaron,pronto fefulgieron.Nuevamente, los bolsillos sostuvieron el arma pecaminosa.Tuvo que abandonarla cola para ascender al micro que por fin acababa de doblar en la esquina.
Pronto no pudo dominar el asunto.Dejó de salir.Uno : porque los bolsillos ya no le otorgaban seguridad. Otra: porque no sabía hasta que punto podría manejar esa serie de impulsos que emergían,vaya a saber se de dónde.
Con el correr de los días, el departamento le resultó chico,insoportable,incapaz de contener esas tijeras enormes que nacían desde las muñecas y amenazaban con derribar paredes.
Apeló a una última posibilidad: su casa de campo

Una noche ,sin que nadie lo viera,salió,hizo el trayecto.feliz,sin que nadie lo viera se insaló.Quitó las rejas de contención de las ventanas, desgajó las pueratas, abrió brechas en las paredes.Los dedos,libres,emergieron , recorrieron canteros, rozaron la tierra, apuntalaron árboles, se empinaron por sobre las rosas.

Cierto día,cuando la desmesura era ya increíble,comprendió que el crecimiento había cesado.Los dedos adquirían ahora ,una magnitud discreta.lo último que hicieron,antes de detener su carrera fue cavar una fosa grande, rectangular ,profunda.

Se sintió transportado,lentamente,por esos mismos dedos ,hacia el túmulo.Se sintió balanceado,apretado, apretado,por esos mismos dedos.Sintió que su garganta se cerraba.Sintió un garfio feroz en la garganta.Y también sintió esa palada de tierra húmeda, ageste,perfumada, que esos mismos dedos le lanzaban y que ya empezaba a tapar sus ojos crecidos, su pelo crecido, sus dedos inmensos, su cuerpo todo.Todo.







Laura Erpen en
41,42 , 43 ¡pelito es!
Ilustración Edurado Diego Silva
Ediciones Cículo
Cículo de Literatura Roberto Angel Parodi
Escuela Nacional Normal Superior Mariano Moreno


Laura Erpen es escritora,de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, poeta,narradora,ensayista, premiada recientemente con el máximo galardón que otorga la provincia de Entre Ríos: el premio Fray Mocho por su obra: "Carrieguito", investigación sobre la figura del poeta argentino Evaristo Carriego.(...). 
También en la página en este blog: buscar en el lateral derecho :Laura Erpen








Portada del libro

"41,42,43...¡pelito es! es una obra simbólica.Y como dice Camus:"un símbolo supera siempre a quien lo emplea y le hace decir en realidad más de lo que cree expresar".Así los personajes , a su vez están habitados por Laura Erpen.Son ese "cuando lo nombro ,me nombro".Fragmento del prólogo por Luis Salvarezza ( escritor, artista pástico de Concepción del Uruguay)




sábado, 8 de septiembre de 2012

Magia



En sucesivo mudar de entusiasmos, hasta que suceda lo que tenga que suceder, una palabra trae otra palabra, como por efecto de magia. Un hombre atrae a una mujer como por efecto de magia. Una mujer mueve las manos por efecto de la noche boreal, que es mágica. Y la palabra hombre toma a la palabra mujer de la mano, por efecto de la soledad que es mágica. Le ofrece algo de beber y la palabra mujer da sorbos infinitos a la palabra hombre. Y la magia es un acto en cuerpo vivo. O el cuerpo vivo es un acto de magia.




En voz baja hablábamos de un amor imposible.

A medida que la noche con su filo separaba el cielo del infierno, advertíamos que en torno al imposible había siempre un halo de incredulidad. A pesar de todo, llevábamos corriendo la sombra por las arterias urgentes. Hacíamos pasar por debajo del arcoiris el tropel de peces montados en sus sueños. Que no se nos ocurriera mirar justo en el centro no quería decir que la historia de amor no estuviera en el centro. Habíamos jurado analizar los hechos y las coincidencias para poner fin a las dudas. Ninguno de los dos conocía una historia tan imposible. Tan improbable era que no podíamos dejar de creer en ella.


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No disimules tu calidad de ausencia no ausente, de temblor escapado de donde estabas bien sujeto. No creas que soy una fotografía que sale de tu imaginación para convertirme en mí misma. Soy yo misma haciéndome fotografía para llegar a tu imaginación.


Fuera, bajo el cielo lluvioso, esperé frente al bar hasta que llegara mi amiga que venía a contarme sobre su separación reciente. Más reciente que la anterior. Traía un vestido negro escotado y una pequeña cruz dorada. Era el vestido de luto erótico que daba paso a la próxima unión que la llevaría a la próxima separación. Yo había dejado de ser yo y empezaba a ser Cheever. Entramos al bar. Bajo la sombra proyectada por la lámpara sus ojos creaban una segunda sombra. Muchas otras cosas también se iban haciendo. Las perlas oscuras de sus ojos. El ángel que surgía de mi copa. Todas sus palabras de amor y desamor me eran por completo conocidas. Al lado, dos mujeres susurran sobre sus propios amores como ladronas en oficinas oscuras. Mi amiga no sabía bien qué hacer con su escote. Era ella, y no yo, quien había venido en vez de no venir. Ella parecía estar ajena a todo. No escuchaba nada. Ni el más mínimo rumor de Cheever.



la fee


Todo el tiempo estuve pensando que cuando es jueves es jueves. Que los jueves hago cosas de jueves: tomo el colectivo de los jueves. Las mañanas se pavimentan con el color del jueves. Y leo un poema que se acerca al viernes pero es jueves. Infatigablemente el jueves se acerca al viernes con su voz lejanísima y sus quimeras. En cambio, los días martes hago cosas de martes. Las horas del día se cargan con sus propias referencias y yo voy a lugares a los que sólo debo ir los martes, porque si fuera un miércoles no habría lugar para mí, ya que los miércoles son para las personas de los miércoles. Los lunes, por su parte, amanecen con su luz y llenan las calles con rastros inconfundibles para que yo no me extravíe en otro día que no sea lunes. Incluso cuando pierdo la memoria, veo una mujer humedeciéndose los labios con la lengua y sé que es la mujer de los domingos, con su lengua de domingo, barriendo restos de esperma. Los sábados, en cambio, es la hormiga de los sábados la que va marcando el rumbo hacia los mares de la luna. Yo recorro la semana obedientemente, puntualmente, cronológicamente. Pero sin que nadie lo note, como un pez invisible, salto de la pecera para llegar a los mares sin límites.



Caras ciegas avanzaban por las veredas. Los autos iban hacia el norte y hacia el sur. Los que no conocían la entrada de la grieta ni el cuerno del pararrayos habrían podido errar toda la noche. Nosotros, en cambio, entramos dando pequeños pasos cortos, y los pies, una vez en el aire, bajaban muy despacio hacia el suelo. Desde arriba hacia abajo el camino era largo. Entre paso y paso hicimos escala en los puertos del Mar Báltico.


¿Qué es un texto? ¿No lo ves? Es un lugar de palabras. Palabras de verdad. Palabras enteras. Palabras cortadas en pedacitos. O procesadas como papilla. Palabras hechas flecos. Palabras bordadas en encajes. Palabras de verdad que cuando mienten, mienten de verdad. Cuando aman, aman de verdad. Cuando mueren, mueren de verdad. Un texto está hecho de palabras nadadoras, flotadoras, buceadoras. Las palabras son como los peces, escurridizas, bellas, extrañas, desconocidas. En un texto las palabras pueden hacer cualquier movimiento. Se sienten libres. Pueden contestar y escuchar. Hacer más ruido que nadie. Más silencio que nadie. Y pueden tener miedo o no tenerlo. Y en esto reside la sinceridad. Qué es un texto, me preguntabas, sin siquiera habértelo propuesto. ¿No ves? Un texto es una fotografía de palabras. El texto dice suspiro rojo, beso negro, memoria azul y al leerlo ves la fotografía de tu propia imaginación erótica.





Miriam Cairo
Escritora argentina, este texto está extraído de la contratapa de Página 12 Rosario donde Miriam escribe su sección todos los sábados:Página 12 Rosario
cairo367@hotmail.com
Fuente las imágenes:aquí
Info sobre la autora en: Miriam Cairo



viernes, 7 de septiembre de 2012

De trenes y andenes


El paraíso perdido…

La estación del ferrocarril quedaba lejos del centro y uno tenía que recurrir al taxi que, resoplando, nos llevaba con todas nuestras valijas rechonchas de ropa que jamás usaríamos, por supuesto.

No soñábamos entonces con cruceros ostentosos, ni con aviones velocísimos, ni aún con micros aerodinámicos. No, era mejor la aventura: viajaríamos en tren.

En él teníamos una ventaja enorme: éramos dueños de un espacio considerable, se podían estirar las piernas y la ventanilla nos regalaba tajadas inmensas de lomadas y pueblos.

Y por sobre todo, descubríamos la parte de atrás de las casas, ese mundo privado que nos acercaba a las gentes y sus pequeñas cosas.

El guarda hacía sonar su silbato y el tiempo comenzaba a tener otra magia.
La campanilla convocaba a los remisos. Sentados en nuestros asientos, sentíamos que el cuerpo se aprontaba para el zangoloteo encantador y que en ocasiones, nos llevaba a dormitar ligeramente.

El pueblo se iba alejando, poco a poco, dejándonos su silueta difusa allá al fondo.
Mientras tanto, el campo iba ganando el punto de referencia de nuestra mirada y contábamos animales o mirábamos los colores del lino ofrecidos como bandera oscilante y rumorosa, o los territorios dorados en los que los trigales regalaban oros indescifrables.

Sabíamos cuánto tardaríamos en llegar a la próxima estación.
Tanto ir y venir nos había marcado nuestro tiempo interior. Más largo el viaje hasta Caseros. Para llegar a Herrera, mucho menos. Algo más distante Mantero. Rocamora, casi un suspiro. Y por fin, allá, al ladito nomás, nuestro Edén, Tala.

Era cuestión de manotear valijas rápido cuando veíamos la silueta, porque la ansiedad nos podía.
El abuelo nos esperaba en el andén y hacía él corríamos, libres y felices.
El se reía, nervioso, y nos tomaba de la mano y salíamos rumbo a la casa.

Recuerdo el Hotel Delfino, frente a la estación, en el que alguna vez vivió mi padre cuando llegó, joven empleado de justicia, al lugar en donde conocería a mi madre, en un baile de Atlético. Y uno no podía menos que suspirar.

Amigos, recorridas por la Plaza, el paseo para ver los pescaditos de la fuente, alguna que otra vez la visita en bañadera, pelo al viento, al balneario. Pero sobre todo, las visitas a amigos, primos, viejos conocidos. Y alguna que otra inspección a Blanco y Negro, por si había algo moderno que podríamos llegar a soñar, porque no había con qué comprar y con eso ya nos bastaba.
El tren de regreso tenía un aire más tristón.

Se alejaba de nuestros ojos el paraíso infantil y la distancia entre Caseros y Concepción resultaba, la más de las veces, insoportable.
Enese mundo de trenes, cochemotores, Fiat y Ganz, he recorrido la provincia. 
Primeroa Tala, ida y vuelta. Luego hasta más lejos, hasta Paraná. Con ese traqueteo inolvidable como fondo, aprendí a deslumbrarme con la curvatura de lomas o los campos pródigos y los pueblos encantadores.
Todo quedó atrás. Estaciones mudas me recuerdan, cuando paso en auto por la ruta, aquellos tiernos viajes de niñez encantada. Hay silencios que callan historias, taconeos apurados que resuenan sólo en el corazón porque los andenes padecen nostalgias de viajeros.

Cuando paso en mis viajes, miro hacia Guardamonte, allá, no sé bien dónde.
Nunca he ido, quizás lo haga alguna vez. Simplemente para saber en dónde vivió mi madre sus años primeros, en donde crecieron mis tíos, en donde dieron clases mis abuelos, en donde recalaron con sus sueños antes de trasladarse a Tala y a sus lentas costumbres de pueblo tranquilón.

Alguna vez iré, salvo que no podré hacerlo en tren. Y la nostalgia seguro que me embargará, porque me faltará la música que acompañaba mis ansiedades infantiles. Y eso es mucho ya, porque es como sentir que me falta un pedazo de infancia, un trozo de cielo, una porción de sonrisas y una caricia de abuelos que ya no están y que siguen acompañando mis días, inevitable y tiernamente.



Por Laura Erpen
Escritora, poeta,narradora, ensayista,de Concepción del Uruguay,Entre Ríos, Premio Ensayo Fray Mocho 2010 por su libro"Carrieguito",un excelente estudio e investigación sobre la figura de Evaristo Carriego,poeta argentino del que en breve realizaré una nota.







Este relato El paraiso perdido me llegó entrañablemente ,ya que desde que me recibí como docente empecé a trabajar en las ciudades de Bovril y Alcaraz, en el departamento La Paz ,pueblos que también surgieron fundándose a la vera del ferrocarril..Largos años viajé en aquellos trenes que me llevaban desde Bovril a Alcaraz ,desde Alcaraz hasta Paraná adonde iba a visitar primero a mi hermano ,luego a compañeros,a realizar estudios o a revolver libros en las librerías y cuando el bolsillo daba adquirir aunque fuera un sólo ejemplar.El tren tenía una magia particular, recuerdo anécdotas que que aún siguen palpitando...era hermoso ver el paisaje montielero desde sus anchas ventanillas, conversar con los pasajeros,la mayoría estudiantes, familias enteras,campesinos,que trasladaban en sus canastos hortalizas ,huevos y algún cordero o lechón en vísperas de fiestas de fin de año para compartir con sus familiares de otros pueblos o colonias.Se tomaba mate como si uno estuviera en su casa , se convidaban tortas ,pasteles y lo que la mano generosa prodigara.

Como esta nota está dedicada  a Laura ,dejaré para otra oportunidad mis relatos de trenes y andenes ...nada más agradecer a mi querida profe, amiga de noches insomnes por su nobleza de gente,su generosidad y tanto caudal literario y de enseñanzas vida que nos ha regalado.

Sí no resisto el deseo de compartir dos fotos de la estación de trenes en la ciudad de Alcaraz:








Fuente del texto El paraiso perdido, Blog Escuelas y Trenes de Andrés Casaretto,ver aquí


Retales literarios 2







Al día siguiente, cuando bajamos a la bodega a examinar los efectos de nuestro plan, a la luz de una vela inspeccionamos las paredes y los corredores. «¡Aquí hay uno! ¡Aquí otro! ¡Mira éste hasta dónde ha llegado!» Ya una hilera de caracoles sin grandes claros recorría el suelo y las paredes, del tonel al ventanuco, siguiendo nuestra pista. «¡Rápido,caracoles! ¡De prisa, escapad!», no pudimos contenernos de decirles, viendo los animalillos andar lentamente, no sin desviarse en inútiles rodeos por las desconchadas paredes de la bodega, atraídos por ocasionales depósitos y mohos y grumos; pero la bodega estaba oscura, abarrotada, accidentada; esperábamos que nadie pudiera descubrirlos, que todos tuvieran tiempo de escapar.
  
En cambio, aquel alma sin paz de nuestra hermana Battista de noche recorría toda la casa a la caza de ratones, sosteniendo un candelabro, y con la escopeta bajo el brazo. Aquella noche pasó por la bodega, y la luz del candelabro iluminó un caracol perdido en el techo, con la estela de baba argéntea. Retumbó un disparo. Todos en las camas nos sobresaltamos, pero enseguida volvimos a hundir la cabeza en la almohada, acostumbrados como estábamos a las cacerías nocturnas de la monja doméstica. Pero Battista, destruido el caracol y desplomado un trozo de revoque con aquel escopetazo irrazonable, comenzó a gritar con su vocecilla estridente: «¡Socorro! ¡Se escapan todos!¡Socorro!» Acudieron los criados medio desnudos, nuestro padre armado con un sable, el abate sin peluca, y el caballero abogado, aún antes de entender nada, por miedo a incordios, escapó al campo y se fue a dormir a un pajar.
  
Al claror de las antorchas todos se pusieron a dar caza a los caracoles por la bodega,aunque a nadie le importaran gran cosa, pero ahora ya estaban despiertos y no querían admitir, por el amor propio de siempre, que se habían molestado para nada. Descubrieron el agujero en el tonel y comprendieron en seguida que habíamos sido nosotros. Nuestro padre vino a calentarnos a la cama, con el látigo del cochero. Acabamos recubiertos de estrías violetas en la espalda, las nalgas y las piernas, encerrados en un triste cuartucho a modo de prisión.
  
Nos tuvieron allí tres días, a pan, agua, ensalada y sopa fría (que, por suerte, nos gustaba). Después, la primera comida en familia, como si nada hubiese ocurrido, todos de maravilla, aquel mediodía del 15 de junio; ¿y qué había preparado nuestra hermana Battista, encargada de la cocina? Sopa de caracoles y guiso de caracoles. Cósimo no quiso tocar ni siquiera un caparazón. «¡Comed u os volvemos a encerrar de inmediato en el cuartucho!» Yo cedí, y empecé a tragarme los moluscos. (Fue un poco una bajeza por mi parte, que hizo que mi hermano se sintiera más solo, por lo que en su abandonarnos había también una protesta contra mí, que lo había decepcionado; pero sólo tenía ocho años, y además ¿de qué sirve comparar mi fuerza de voluntad, o mejor, la que podía tener de niño con la obstinación sobrehumana que marcó la vida de mi hermano?)
  
- ¿Y eso? - dijo nuestro padre a Cósimo.
- ¡No y no! - dijo Cósimo, y rechazó el plato.
- ¡Fuera de esta mesa! Pero Cósimo ya nos había vuelto las espaldas y estaba saliendo del comedor.
- ¿Adónde vas? Lo veíamos por la puerta de cristales mientras cogía su tricornio y su espadín en el vestíbulo.
- ¡Lo sé yo! - y corrió hacia el jardín.
  
Al cabo de un momento, por las ventanas, vimos que trepaba por la encina. Iba vestido y acicalado con gran pulcritud, tal como nuestro padre quería que viniese a la mesa, pesea sus doce años: cabellos empolvados con lazo en la coleta, tricornio, corbata de encaje, frac verde con colas, calzones de color malva, espadín, y polainas altas de piel blanca hasta medio muslo, única concesión a una forma de vestir más acorde con nuestra vida campestre. (Yo, como sólo tenía ocho años, estaba dispensado de los polvos en los cabellos, salvo en las ocasiones de gala, y del espadín, que en cambio me habría gustado llevar). Así que subía por el nudoso árbol, moviendo brazos y piernas por las ramas con la seguridad y rapidez que se debían a la larga práctica llevada a cabo conjuntamente.
  
Ya he dicho que en los árboles pasábamos horas y horas, y no por algún motivo provechoso como hacen tantos chicos, que suben a ellos sólo para buscar fruta o nidos de pájaros, sino por el placer de salvar salientes del tronco y horcaduras, y llegar lo más arriba posible, y encontrar sitios adecuados donde entretenernos mirando el mundo allá abajo, y poder gastar bromas a quien pasara por debajo. Consideré pues natural que el primer pensamiento de Cósimo, en aquel injusto ensañarse contra él, hubiese sido el de trepar a la encina, árbol que nos era familiar, y que teniendo las ramas a la altura de las ventanas del comedor, imponía su actitud desdeñosa y ofendida a la vista de toda la familia.
  
- Vorsicht! Vorsicht! Pobre, ¡se va a caer! - exclamó ansiosa nuestra madre, que nos habría visto de buena gana a la carga bajo los cañonazos, en tanto que se inquietaba por todos nuestros juegos.
  
Cósimo subió hasta la horquilla de una gruesa rama en donde podía estar cómodo, y se sentó allí, con las piernas que le colgaban, cruzado de brazos con las manos bajo los sobacos, la cabeza hundida entre los hombros, el tricornio calado sobre la frente. Nuestro padre se asomó al antepecho.
  
- ¡Cuando te canses de estar ahí ya cambiarás de idea! - le gritó.
- Nunca cambiaré de idea - dijo mi hermano desde la rama.
- ¡Ya verás, en cuanto bajes!
- ¡No bajaré nunca más! Y mantuvo su palabra.

El barón rampante - Fragmento
Italo Calvino



Italo Calvino nació en 1923 en Santiago de las Vegas, Cuba, 1923. Su padre era ingeniero agrónomo. Finalizado su trabajo en la isla, la familia se trasladó de San Remo, donde había tracurrido la mayor parte de su infancia, a Turín, ciudad en la que inició los mismos estudios que su padre pero que enseguida abandonó a causa de la guerra, durante la que luchó como partisano contra el fascismo. En 1944 se afilió al Partido Comunista Italiano. Tres años más tarde publicaba, gracias a la ayuda de Cesare Pavese, su primera novela, Los senderos de los nidos de araña, en la que relataba su experiencia en la resistencia. A la conclusión de la guerra, colaboró en unos cuantos periódicos y revistas y siguió estudios literarios en la Universidad de Turín, en la que se licenció con una tesis sobre Joseph Conrad. Fue durante este período de su vida cuando se puso en contacto con Cesare Pavese, que consiguió que fuese contratado por la editorial Einaudi como asesor. Realizó además varios viajes a Francia. Tras publicar algunas antologías de relatos, de tipo fabulístico, con las cuales se alejaba de la escritura realista de sus inicios, escribió la trilogía Nuestros antepasados, integrada por El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente, narración fantástica y poética, cuajada de elementos maravillosos, en la que planteaba el papel del escritor comprometido políticamente. Por esa época, su relación con el PCI estaba ya muy degradada, hasta que, en 1957, acabó por desvincularse de él por completo. Falleció en Siena, Italia, en 1985.



Ilustración de El barón rampante, por Germano Ovani 





El barón rampante es el segundo libro de una trilogía formada también por El vizconde demediado y El caballero inexistente. El protagonista es Cosimo Piovasco di Rondò, de doce años e hijo mayor y heredero de la baronía de Rondò, un territorio situado en la frondosa Liguria del siglo XVIII. Como actitud rebelde ante el mundo de los mayores, se niega a comer un plato de caracoles preparado por su hermana, aunque en realidad, a lo que se niega es a compartir mesa y mantel con los mayores, y deja a su familia con tres palmos de narices: su hermana mayor, su hermano pequeño, cronista "imparcial" en primera persona de esta historia; su padre, un  eclipsado por su mujer, una prusiana de modales prusianos; su tío, un abogado e inventor que residió en el Imperio otomano y que siempre viste a la turca... Contra este estado de cosas clama Cosimo encaramándose a un árbol y adoptando la decisión de no bajarse jamás. Lo que cumple escrupulosamente. El protagonista se erige en amo y señor de los bosques de la zona, y queda marcado por un temprano amor platónico, más tarde carnal, por la rubita Viola Ondariva, que le hace reafirmarse en su idea de permanecer por siempre jamás en lo alto de los árboles.









Fuente de los textos:aquí