lunes, 23 de septiembre de 2013

Elogio de la bicicleta



La primera vez que tuve una bicicleta fue a los doce o trece años.Se usaba la modelo de marca "Graziela", era de color rosa como correspondía que le regalaran a una niña.Supongo que mi madre habrá tomado un crédito para comprarla .Mi padre ya no estaba en mi casa y ella sostenía el hogar con sus confecciones y costuras.

Me dio la posibilidad de ser feliz en los momentos que salía a recorrer por aquellas calles de ripio y descubrir algunas por donde nunca había andado, me agradaba ir hasta el río y bajar con velocidad por unos senderos en bajada.
También me quedaban  unos cuantos raspones en la rodilla ya que al tomar coraje aceleraba , pedaleaba con fuerza y extasiada con el paisaje más de una vez tropecé con alguna roca o ramas quedando tendida en el suelo.

Después no recuerdo (como tantas vivencias que de pronto se me diluyen en la memoria) no sé que sucedió con aquella bici, supongo que la habrán vendido o regalado.Como los saltos que una realiza en un sueño  me veo ahora  con otra bicicleta ,(eso sí, recuerdo que ya estaba trabajando como docente), esta era de color negra y estilo "todo terreno".La llevaba en el colectivo hasta el paraje donde trabajaba en La Paz.Mientras que algunas llegaban en coches estupendos ,brillantes.coloridos, yo arribaba a la escuela con una mochila de libros y cuadernos en ese transporte de dos ruedas , el único que he aprendido a manejar y, la mayoría de las veces regresaba a la casa a pie donde vivía con otras compañeras profesoras.

Gracias a los preceptores, alumnos o porteros que me avisaban de mi olvido recuperaba mi medio de traslado.

En vacaciones la usaba para ir hasta la playa, salir por el "centro", así le decimos aún hasta hoy a las seis o siete calles en donde se concentran las tiendas, pizzerías, bares, zapaterías,heladerías, casas de productos regionales y otra variedad de rubros.

La usé mucho , estimo que unos seis o siete años ,luego otra vez la desmemoria:o la vendí o la regalé o aún estará en el fondo del patio de mi madre donde en una especie de museo suele guardar todo lo que ya no se usa. 


Esta reminiscencia de los biciclos me fue transferida porque arreglando los libros encontré "Elogio de la bicicleta" de Marc Augé.
No sé como llegó este libro a mis cajones,lo cierto es que estaba ahí, lo leí en una sentada como quien dice pues es de una lectura rápida, ágil y amena.

En  Elogio de la bicicleta, Augé hace un descripción al principio  de todo aquello que gira alrededor del velocipedo y de sus funciones , laborales, de socialización, de manifestación, en los cuales la bicicleta ha estado presente. 

También se refiere al ciclismo como deporte,al ciclismo urbano y  hasta habla de la fabricación y producción de las bicicletas.
Narra sus vivencias como ciclista,y revela como con la moda del automóvil como símbolo de estatus hizo que la bicicleta no siguiera teniendo tanta  influencia y peso entre los pocos fanáticos y seguidores de La vuelta de Italia o el Tour de Francia, eventos a los que nos remite en este libro.
Es una visión nostálgica de este transporte y como las ciudades han regresado a este vehículo en una suerte de utopía para escapar del ritmo arrollador de las ciudades con la invasión del automóvil.








Marc Augé es un antropólogo francés nacido en Poitiers en el año 1935, especializado en la disciplina de etnología.
Como docente ha impartido clases de antropología y etnología en la École des hautes études en sciences sociales (EHESS) de París, en la que ocupó el cargo de director entre 1985 y 1995. También ha sido responsable y director de diferentes investigaciones en el Centre national de la recherche scientifique (CNRS).
En su obra destaca una valiente aproximación al concepto de la "sobremodernidad" construido a partir de una reflexión sobre la identidad del individuo en función de su relación con los lugares cotidianos y la presencia de la tecnología. 

Marc Augé acuñó el concepto "no-lugar" para referirse a los lugares de transitoriedad que no tienen suficiente importancia para ser considerados como "lugares". Son lugares antropológicos los históricos o los vitales, así como aquellos otros espacios en los que nos relacionamos. Un no-lugar es una autopista, una habitación de hotel, un aeropuerto o un supermercado... Carece de la configuración de los espacios, es en cambio circunstancial, casi exclusivamente definido por el pasar de individuos. No personaliza ni aporta a la identidad porque no es fácil interiorizar sus aspectos o componentes



Otras Obras en español
Futuro (2012)
La comunidad ilusoria (2010)
Por una antropología de la movilidad (2007)
Diario de guerra: El mundo después del 11 de septiembre (2002)
Dios como objeto (1998)
La guerra de los sueños:ejercicios de etno-ficción (1998)
El viajero subterráneo:un etnólogo en el metro (1998)
Las Formas Del Olvido (1998)
Los no lugares. Espacios del anonimato. Antropología sobre la modernidad (1993)
El metro revisitado:El viajero subterráneo veinte años después (1982)

Fuente de reseña biográfica: Wikipedia.org

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